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Y dígame Usted si acaso no le encanta tronar las bolitas de las bolsas que protegen las cosas frágiles.
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Dígame si acaso muchas veces no le terminó siendo incluso más confortable para el estrés, que el propio DVD o Nintendo.
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¡Dígame si acaso no es irresistible reventar todas las bolitas, una a una hasta la última!
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Pero ¡conténgase un poco mi amigo!
Si camina por el centro y ve los grandes rollos de este excitante diseño plástico; aunque resulte un verdadero coito, ¡respete!; no le truene por que sí las bolitas del ferretero.
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