Giacomino plantó palmeras en los canteros del Bv. Illia,
para adornar una ciudad inhóspita que se cae a pedazos.
Luis Juez va a decir que poner palmeras en una ciudad mediterránea queda "desubicado como caballo arriba del techo".
Squiaretti legitimará argumentando que las palmeras son signo de vanguardia y progreso.
Las observás al pasar
-como ganado vas adentro del bondi- y no te sentís ni ahí en Miami.
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