jueves, 25 de octubre de 2012

Acierto




Anoche me encontraba junto al fraternal Gringo Ramia, tomando whisky en la barra del bar Ángeles, hablando cosas que ni me acuerdo. Al rato entró un tipo de bigotes, pidió un Chivas sin hielo, bebió un sorbo y nos dijo: perdió Talleres. ¿Cuánto?, le pregunto. Ni idea, me responde. Y entonces, ¿cómo sabés que perdió?, retruca el Gringo. “Acabo de cruzarme un guaso con la camiseta puesta y no se imaginan la cara de ocote que traía”.
No le di mucho crédito al asunto, hasta esta mañana en que me desayuno la noticia: el albiazul efectivamente perdió uno a cero.
La comunicación gestual o no verbal, es la más primitiva pero la más sincera. Así debe haber sido en los tiempos de antaño, cuando no transmitían los partidos por tv, o no había radio en el hogar, mucho menos Internet. Para dilucidar la suerte de un resultado deportivo, en el teatro de la vida, bastaba con observar la mera expresión en el rostro de un hincha regresando de la cancha.
El paso de los años nos fue dando infinidad de medios, herramientas, aparatos, canales y, paradójicamente, cada vez se nos hizo más difícil comunicarnos los unos a los otros.
Hoy, podrías mirar a los ojos a quien sea te importe y fijarte qué te dicen. 

martes, 18 de septiembre de 2012

¿Dónde estás Shirley?





I
Shirley, eras alumna mía en un colegio acelerado.

II
Parte del 40% de los argentinos adultos que no terminó el secundario, en tiempo y forma, cuando mamá y papá te mandaron.

III
Mi primera alumna travesti. Porque eso eras:  alumna travesti, como Obama es presidente negro.

IV
Cuando te inscribiste, desaprobaron todos mis prejuicios: sacaste 7,8 y 9 en los primeros tres exámenes. Me cerraste el culo.

V
Shirley, mi alumna forajida.
Lo supe desde un principio: te importa un carajo el respeto a las instituciones. Jamás, en los tres meses que pasamos juntos, logré ponerte límites.

VI
Mi decisión pedagógica fue dejarte hacer lo que quisieras. Así atendías las llamadas de tus clientes, siendo que está prohibido hacerlo en clases. Me la pasé todo el trimestre haciéndote excepciones. Conmigo eras libre, Shirley.

VII
Sos como el pobre; como el morocho; como el viejo; como la gorda; como el loco; como el enfermo.

VIII
Cuando te vi, con tu cuaderno destartalado en brazos, los cabellos quemados de tintura y el jean roto en los cachetes del orto; cerré mis ojos y no sé porqué,  imaginé una garrafa y un anafe y un jarro sin mango rebalsado con arroz y salchichas.

IX
Hace cuatro meses no venís a clases ni a rendir. Quiero que sepas que te comprendo. ¿Para qué un título de bachiller si no te van a dar trabajo?

X
Desertaste de un día para el otro sin razón. Un compañero hizo un chiste demasiado sarpado en el aula: dijo que estás tirada en una zanja, junto al Rubio y Julio López. Yo me pregunto por ellos y por vos, cada mañana, mientras izamos la bandera de la Patria.

XI
Shirley, pequeña forajida, debo advertirte: el Departamento de cobranzas te busca incesantemente para cobrarte las cuotas que debes. ¿Cambiaste el número, te lo cortaron, o no querés que te encuentren?

XII
Llamaron a la casa de tus padres, en reiteradas oportunidades. Tu vieja y tu viejo negaron tener noticias de Fernando.

XII
Fernando era Shirley o Shirley era Fernando. Me limitaré a decir que el legajo de Shirley es una ficha que contiene: un impuesto de domicilio en San Vicente, una fotografía 4x4, un certificado de CBU incompleto y una fotocopia de DNI con los datos de su vida anterior (cuando usaba el pelo corto).

XIII
Quiero que sepas que para mí sos y vas a ser siempre “Shirley”.

XIV
En la foto de perfil, sale arrodillada, con ropa interior de encaje y portaligas, prolijamente maquillada. Está bonita. El fondo blanco realza notablemente su figura. 
La información dice: soy Shirley, tengo 25 años, soy soltera. Me interesan: hombres. Sexo: mujer.
(Así la muestra Facebook).

XV
Noto que la sociedad virtual es más generosa con vos que cuando andás por la calle. Algunos cibernautas no se percatan que sos travesti y te piropean palabritas lindas. Once personas ya le pusieron “me gusta” a tu foto de perfil. También te dejaron mensajes tiernos:

que bombon sexy..mirame asi
ESTAS HERMOSA EN ESTA FOTO SOS UN FUEGO COMO ME CALENTAS POR DIOS
k linda eres bb
QE BONITA..CON ESA SONRISA SE VE EL PARAISO ;)
sos hermosa!!! me encantaria conocerte
Muy Linda Sos rubia, un Beso

XVI
Eso no te pasa en la vida real, en el cara a cara, en el carne y hueso, ¿no? ¿Verdad que te maltratan? En la computadora eso no ocurre, hoy es el medio por excelencia para interactuar y compartir. Una  ventana luminosa de quince pulgadas, donde la gente aparenta ser más justa y sensible.

XVII
Shirley, inadaptada y fugitiva, que no nos vengan con que el trabajo es salud; el trabajo, como están dadas las cosas, es una maldición. Uno vuelve a la casa destrozado, así reparta soda en una chata, o ande chupando pijas en la oscuridad.

XVIII
Shirley, al final, pasamos el trimestre memorizando conceptos; en vez de hablar de cosas profundas: ¿Qué pensás del amor? Conocí una chica hermosa; cajera del supermercado Walt Mart. Al poco tiempo me dejó. Me dijo que regresaba a su casa tan cansada de ver gente, que luego no le daban ganas de relacionarse con nadie.  Y como yo era parte de la humanidad, no sentía deseos de verme. Eso. 
Vos también sos parte de la humanidad. Hacés la fila, comprás yerba, tabaco, jabón, como cualquiera de los que te tratan como animal. 

XIX
Shirley, ¿te disfrazaste de vampiro en el último corso de San Vicente? Me lo contó un murguero de tu barrio. Estuve buscándote. Me animé a preguntar por vos en el Mercado Norte. No te conocen las chicas. ¿Dónde más puede estar un travesti? Ahora que lo pienso, qué pregunta más estúpida. Comienzo a pensar que la ciudad es más grande que el tamaño de mi pupo.

XX
Lo vi en un programa de América TV: hay una orden religiosa que cura a los putos y a los travestis, bajo una especie de tratamiento. Después te devuelven normal a la sociedad. Ojalá  no hayas caído en esas manos: la independencia es tan sagrada como el sexo.
Nada mejor que ser lo que uno quiere ser.

XXI
No quisiera cruzarte un día y verte disfrazado de muchacho, vendiendo perfumes, para un jefe que te va a decir cuando tus ventas aflojen:
Mirá Fernando que en este mundo todos somos reemplazables, nadie es imprescindible.

No quiero eso para vos Shirley, te merecés un mejor futuro. 


XXII
¿Dónde estás Shirley? ¿A dónde te fuiste? ¿Qué vas a hacer con tu vida? ¿Por qué no querés usar la escarapela? 
Mi alumna favorita... no vuelvas a poner un pie en esta escuela. La directora no puede obligarte. Además, el sistema educativo no tiene nada honesto para darte. Te quitará los aros. Intentará cambiar tu cara de bosta sincera, enseñándote a cambio el modal de la sonrisa falsa.  

XXIII
Andate, huí lejos, seguí escapando de toda regla, autoridad y moral. 
Prometo recordarte en tu esencia, tal como eras; con tu conducta indecente, y  tu mirada triste,  penetrante y despreciable. 

Sólo así tendrá sentido -para mí- la ilusión de volver a verte.







lunes, 10 de septiembre de 2012

soñé teflón



Abajo hay un cacerolazo de burgueses indignados. Mucho ruido, pocas nueces. El sueño colectivo del hombre medio argentino alza su voz: quieren estar en París, debajo de la Torre Eiffel, comiendo un asado con cubiertos. Prender el fuego con papel de euros. Asar la carne con el carbón que sobró de la Belle Epoque. Y convidarles los huesos a los perros de raza que pasen. A los callejeros no, a esos ahuyentarlos, porque quitan el glamour. Si las lágrimas fuesen de oro, como dice el verso, tal vez llorarían más seguido. La capacidad de nuestro ahorro está en el llanto, aunque de eso no hablen los economistas.
¿Dónde estarás esta noche? No logro dormir. Te extraño y entiendo que prefieras no acercarte a mí, para no ahumarte. Te imagino con ganas de estar del otro lado del charco, diciéndome ¡Au Revoir, monsieur!, girando un paragüitas descartable mientras se aleja el barco. Me encuentro solo, completamente solo, mirando por la televisión una sociedad decadente. Admitámoslo: el sueño de la revolución está perdido y hay que acostumbrarse a los despertares vacíos. 

domingo, 15 de julio de 2012

Adiós al último poeta del Clínicas





Su último regalo fue un barquito de papel,
hecho con un diario del jueves pasado;
se lo rechazaron, diciendo “este diario es viejo, infeliz”.
Como si acaso fuese importante,
como si el mundo desde entonces hubiese cambiado en algo.

Una tuerca oxidada le obsequió a una amada,
que encontró tirada en la vereda,
para que la llevara como alianza.
Y ésta le dijo:
“rajá de acá, soy alérgica a las alhajas baratas”.

 Un papelito de caramelo de cereza también le dio:
¿Y dónde se supone que está el caramelo?, dijo ella.
¿Y para qué haría falta? Ya demasiada dulzura con vos...
No fue bien aceptado el cumplido, y la mujer siguió de largo.


Ya se pasó la moda del piropo cursi,
la época de los jardines floridos,
donde se susurraban palabritas a las damas.
Hoy no hay lugar más que para la guarangada;
acá tenés el caramelo, te dicen hoy los guasos, tocándose los huevos;
vení a chuparlo.

¿Qué más le regaló? ¿Qué no le regaló a la doctora,
al verla salir del Clínicas?
Una hormiga negra le llevó, de las que no pican;
lástima que estaba muerta.
Lo que pasó es que ella estuvo de guardia,
cuarenta y ocho horas, y el insecto no aguantó en el frasco.

Y todo para que lo tirase a un cantero, metros después, la desagradecida.

¿Y ayer, justo ayer se le tuvo que ocurrir regarle un ladrillo
de ese nuevo edificio que están haciendo en la Colón?
¡Basta de perseguirme! ¿¡para qué quiero un ladrillo, ridículo!?
Yo te lo juro, dijo Raulito:  si por mi fuera te regalaría un castillo.

Ayer, justo ayer que la encontró tan linda chupando un chupetín,
justo ayer que estuvo tan cerca, viene a aparecer el novio,
ese gil que la hace sufrir,
a preguntarle haciéndose el canchero:

¿Pasa algo, mi vida? ¿Quién es este guaso?
No sé, un payaso que me intenta seducir con un ladrillo.
Así le dijo, como si no lo conociera,
como si no supiese que se trataba de su tierno enamorado.

Y le enseñó el ladrillo la doctora al cretino del novio,
que lo tomó y se lo rompió violentamente en la frente a Raulito.
“Te voy a dar…haciéndote el galán constructivista con mi señora”, le dijo,
y se marchó con ella rumbo al coche, arrastrándola de la mano,
sin pagar el estacionamiento.


Se fue tambaleando, desangrándose, sin dirección definida:
murió en la puerta de una guardería, en mis propios brazos,
con el chaleco naranja teñido de rojo.

Sus últimas palabras fueron:

Aunque me vaya de este mundo,
la calle seguirá siendo un desfiladero de bellas vecinas:
enamoradas, desenamoradas, desalmadas,
solteras, comprometidas, casadas,
divorciadas, desgraciadas, viudas.

Se acerca el final, mi amigo,
porque estamos bebiendo agua contaminada,
porque ya murió el amor
y cada vez son menos los ambulantes que entregan ilusiones.    

Los lugareños más experimentados,
esos que dicen que el amor llega a tu puerta solo,
que hay que ser muy testarudo para salir a buscarlo,
no entienden nada, no quieren aceptar que el amor murió.

Murió con Roberto Galán.
Murió con la 100.5
Murió conmigo.

Ahora que mi vida se apaga,
les ruego no me hagan prensa:
no hice poesía por la fama
ni para convertirme en mito.

En serio, me dijo:

Si un día vienen a preguntar por mí,
por un tal Raulito, el naranjita,
nieguen que fui poeta y que morí;
más bien cuenten la pura verdad:
que era un muchacho retardado mental,
cuidacoches,
y que me fui a vivir a otro barrio para cuidar de una tía enferma.



lunes, 2 de julio de 2012

Sobre el porqué me gustás vos y el fulbo



Es difícil, sino imposible, precisarlo con exactitud.


Desde el cosmos hasta las revoluciones sociales, el hombre teoriza.

Y no son la excepción los penales.

Muchos teoremas giran en torno
al disparo desde los doce pasos:

a) los penales son una lotería.

b) los penales son cuestión de suerte.

c) la presión es mayor para el que patea que para el que ataja.

c) los penales se aseguran pateándolos fuerte, al medio, arriba.

d) abajo, bien esquinado, son inatajables.

f) no hay que tomar ni mucha ni poca carrera al ejecutarlos.

g)antes de acomodarla, fundamental chequear el terrero y besar la pelota.

La lista es extensa...

Pero, qué hacer, al mismísimo momento de vivir, de patear: ¿sentir o pensar?

El hombre, en general, prioriza teorizar;
hallar respuestas que
alivien sus dilemas existenciales.

Necesita estructurar y comprender cada paso,
desde la ciencia hasta la cotidianeidad,
para no pasar sobresaltos.

 Las consecuencias son terribles: actualmente, hasta el amor se controla mediante el conocimiento.

Ello probablemente justifique el porqué  me guste y me identifique con el fútbol: por su carácter tan imprevisible, cambiante, contestatario.

Es su distinguido poder de improvisación lo que me estremece.


Y es el motivo por el que algunos románticos
 suelen citar frases delirantes como que "el Fulbo es como la vida" 
(como la vida de ellos, será).

II

En el televisor del bar estaban pasando la promoción, partido de vuelta,
entre Chacarita y Nueva Chicago.
Uno pugnando por ascender,
el otro luchando por mantener la categoría.

Si Chacarita no hacía un gol se iba al descenso y,
sin embargo, milagrosamente,
obtuvo un penal a favor
en el último minuto del partido.

Mano en el área igual a penal.

Los hechos finalmente corrompen cualquier
cálculo o premisa: el arquero ataja el penal,
la gran chance, la chance fácil, la definitiva.

Y el técnico de Chaca pasa en dos minutos
de la euforia  a la desazón,
del abrazo popular a la desolación,
de la alegría a la tristeza,
del sueño a la pesadilla,
del arcoíris a la tempestad,
de la creencia al escepticismo,
de ganador a perdedor,
de globo aerostático a bombucha.

Salta para festejar
anticipándose al resultado,
creyendo que el jugador de su equipo convirtió,
pero la pelota viaja como una burla atroz
y no logra traspasar la red.

Se desploma en el césped el pobre hombre,
siente la derrota a flor de piel,
se toma el rostro con las manos,
se encuentra al borde del infarto.

Se quiere morir en ese instante.

“La vida me dio la espalda”, dirá luego a la prensa, desconsolado,
ante la angustia de no encontarle al hecho una explicación lógica.

III

En un bar de la General Paz lo vi al partido, el sábado por la tarde.
Obra de la casualidad; yo ni enterado de que jugaban.

La moza me preguntó atrevidamente:
¿por qué viniste solo?
Porque me gusta tomar café, mirar por la ventana y pensar inútilmente, respondí.

Eso es de melancólico, me dijo riendo, dejó el  pocillo sobre la mesa y se marchó.

Melancolía: pensándolo bien, no es tan desacertada su teoría.

(Aún siendo que ella no supo, ni sabrá,
lo hermosamente cruel que
es verte arrojar flores,
a un tacho de basura,
mucho antes que se marchiten).



Me quedé sentado allí, un rato largo, mirando pasar  a desconocidos a través del vidrio. 
Y me acordé de vos, repentinamente:
¿en qué país del mundo estarás ahora, improvisando tu revolución?

Son esos días, juro, en los que iría corriendo a pedirte una revancha.





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sábado, 2 de junio de 2012

Devuelvan la pelota, el gran debut




¡UN MOMENTO DE ATENCIÓN LES PIDO, ESTIMADOS AMIGOS!

A partir de esta semana, todos los miércoles de 20 a 22 hs. en 102.5 FM Nuevos Horizontes, comienza “Devuelvan la pelota”; programa radial que conduciré junto al Gringo Ramia. Con la producción de nuestra flamante DT, Sole Soler. Y la participación del columnista Juan del Campillo, amante fiel de jugadores rústicos, más la asistencia de un invitado apasionado. Estoy emocionado…

Nos podrán escuchar desde los autos, cuando el tránsito esté colapsado. Con celulares vibrantes, en bondis de pasajeros apretujados; en el viaje de un taxi que huele a eruto de coca cola y mortadela. En los parlantes que asoman por las ventanas en los barrios; o haciendo un simple clic en Internet.

Hablaremos con humildad, desde luego, respetando y queriendo a la palabra. Sobre personajes y hechos misteriosos, fantásticos, mínimos, desconocidos, intrascendentes, tratará el programa. Como ese guaso que fue boxeador y hoy es payaso, y se gana el pan vendiendo globos en la peatonal. O informaremos algo que ocurrió allá, lejos, donde salió campeón un conejo.

Hablaremos de hermosos perdedores; no faltarán historias de segundones que se suicidaron de noche, ahorcándose con la cinta de una medalla oxidada. De los que nadie se acuerda, ni en fotos ni en Google, porque la anécdota no valió la pena.

Intentaremos comprender a minitas que corren despavoridas, huyendo del amor cual maratón. Y de esas que salen de calza negra a pasear, más presumidas que atléticas, fingiendo esquivar piropos, sintiéndolos trofeos por dentro.

De solterones que le gambetean al compromiso hemos de hablar. O aquellos que recibieron un gancho de novia celosa.  Escenas de película les recomendaremos, con partidas en las que el protagonista no triunfa, sencillamente porque así es la vida: a veces se gana, a veces se pierde.

Por eso no dejaremos de lado a los desdichados que un mal día recibieron tarjeta roja, y se quedaron expulsados en el tiempo, dolidos bajo una ducha helada: en una relación, potrero, laburo o baile de primavera. De los que un día le pifiaron fiero a la definición correcta, perdieron la oportunidad, y aún llevan atragantados el grito de gloria.

Hablaremos de jefes que patean con habilidad, durante meses, el aumento de los sueldos; de  burocráticos que juegan sucio y meten la traba; de los que hacen malabares y hasta jueguitos para llegar a fin de mes.

De deportistas hablaremos, sí estimada audiencia, claro que sí; porque este es un programa de deportes, sólo que en otra sintonía. ¿De qué otra forma honesta, señoras y señores, podríamos ofrecerles nuestra piel, nuestra voz, si no es desde el lugar en que miramos el mundo? En este sentido, los que hacemos Devuelvan la pelota, apreciamos al deporte y a la vida desde una visión romántica, poética, bella y sensible.

Por eso no se extrañen, señoras y señores, si les contamos de nadadores que nadan largas piscinas, rebalsadas con lágrimas de hermosa tristeza, vestidos de mariposas. Tampoco si nos escuchan hablar de corredores africanos que trotan descalzos, mirando las nubes, sin imaginarse siquiera qué es una cámara de aire. O, porque no, de aquellos que lanzan besos triples, redondos, anaranjados, parabólicos; que amagan a entrar, boquean, y salen del aro. Y de quienes practican frontón mano a mano con la soledad.

De hombres y mujeres comunes y corrientes. Algunos que utilizan sus fichas diarias, como si acaso se tratase de ajedrez, calculando cada movimiento antes de proceder. Y los otros, los más improvisados, que caminan la calle tirando pétalos y firuletes; los que prefieren pedalear sin parar, sintiendo el viento contra el cuerpo, aún a riesgo que se rompa la cadena.

Devuelvan la pelota adopta el rock como música, estética, esencia, poesía y llanto. El rock de acá, por sobre todo; por eso nuestro escenario principal estará destinado a los músicos locales. Acompañando así el espíritu de la 102.5 FM Nuevos Horizontes, radio comunitaria nacida a partir de la nueva ley de medios. Para abrir un poco la cancha; y hacer debutar a jóvenes promesas, por las que las grandes ligas no apostarían más que una pasantía ad honorem.

No faltarán, les aseguro, musas inspiradoras que, salidas de La Cañada, del mercado, del Abasto, de alguna plaza, nos hagan precalentar el músculo rojo que sufre y goza mientras late.  Tampoco un bidón espirituoso para brindar por la primera emisión al aire.

Este programa está dedicado al millón y medio de luchadores que enfrentan sus propias peleas y miserias, dispuestos a no tirar la toalla, en este gran ring que es la ciudad de Córdoba. Devuelvan la pelota pretende ser, entonces,  aquel sonido de campana que, entre round y round, nos de una tregua a ustedes y a nosotros; un instante frágil, libre de golpes, donde jugar a ser felices.

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jueves, 10 de mayo de 2012

Esperando el bondi


No es algo nuevo esto de tener un pésimo y costoso servicio de trasporte público en la ciudad; esto de quedar de cara, esperando como un otario, en la parada del bondi. Por supuesto que no.

 I.
Rememorando: el miércoles 1 de julio de 1998 el Consejo Deliberante decidió (voto mediante) que el cospel aumentara a 80 centavos, una suma excesiva para la economía del uno a uno en el país. La votación fue reñida y se ganó por mínimo margen (16 a 15), a favor del por entonces bloque radical que tenía la mayoría. Tan pareja venía la mano, que a los radicales no les quedó otra que salir a buscar a un par de ediles que no cumplían con sus funciones como corresponde. Eran los casos de una vieja llamada Nélida Perea, que afrontaba problemas de salud y no asistía a las sesiones. Ante el apremio, la vieja se tomó una pepa, se recompuso y milagrosamente fue a votar. Maniobra similar utilizada hoy por el FPV con Carlos Menem; ahí está, cobrando sin jugar, mirándonos desde el banco de suplentes. Del mismo modo recurrieron a Eduardito Angeloz (hijo del hdp) que no iba a votar hacía meses por estar imputado en el juicio (del que salió inocente junto al corrupto de su padre). Ambos, padre e hijo, se quedaron con un par de departamentos. ¿De Nueva Córdoba? No seas ingenuo, culiau, del mapa de la provincia. Lo mismo el gordo Kamerath, que destartaló lo poco que quedaba; transó, se quedó con la cometa y hoy tiene más propiedades que el aloe vera. Nadie va preso.

 II.
Me acuerdo del 1° de julio no en sí por el aumento ni por las promesas de siempre de que “se mejorará el servicio”; porque eso lo escuchamos cada año. Sino porque ese miércoles 1° de julio se jugó la primer gran final entre Belgrano y Talleres, Talleres y Belgrano, el superclásico cordobés, por el ascenso a la primera división. Y mientras el intendente José Martí les pedía perdón a los pobres, justificando el aumento como un mal necesario; los empresarios, que habían logrado al fin el beneficio económico que reclamaban, no tuvieron idea más insensata que no prestar servicio durante el partido. “Para evitar que la gente tome represalias por el aumento y destruya las unidades”, se limitó a declarar el vocero de la FETAP. Así el pueblo, que se sintió enormemente perjudicado por la medida, encima debía pagar los vidrios rotos. Y para colmo miércoles a la siesta, en pleno horario laboral, era el partido. Y en el Chateau Carreras, estadio que está ubicado lejísimo, en la loma del ocote. En consecuencia, muchos se quedaron sin ir a la cancha y lo escucharon por radio. Y los que fueron, iban con doble preocupación: a) el temor de jugar una final ante el rival de toda la vida y perder b) saber que a la vuelta, independientemente del resultado, había que caminar un millón de cuadras, como etíopes, para volver a los barrios.

 III.
La circunstancia deportiva tampoco ayudaba: los negros eran una bola de nervios, explotaban de estrés. El cuello hecho un nudo, los huevos en la garganta, el escalofrío serpenteando, los músculos contracturados. Tomaban clericó de banana los negros, rogando que les calmara los calambres. Eran Belgrano y Talleres, piratas y matadores, cara a cara, frente a frente. ¡No pudieron pegar el ojo en toda la semana de la alteración que tenían y encima tenían que ir y volver caminando hasta el Chateau!

 IV.
El partido fue aburrido, horrible, fiero. Ambos equipos se plantaron como para definirlo en la segunda final, al domingo siguiente. Si bien Belgrano tuvo las mejores chances en el primer tiempo, el 0 a 0 parecía inamovible. Hasta que la Chanchita Albornoz (que sabiendo de la trascendencia deportiva no fue al baile a chupar cubana esa semana), metió un centro hiriente y Cachi Zelaya la empujó a la red. Y así Talleres se llevó la primera ventaja, luego de jugarse los primeros 90 minutos de una instancia para el infarto.

 V.
El regreso de miles y miles de guasos hacia sus casas fue lento, en dos patas y en procesión. Una multitud de piernas andando surcó la ciudad, partiéndola a la mitad, unos marchando hacia el norte y otros hacia el sur. Para los albiazules la cosa no pintaba tan oscura: si bien la distancia era lejana y el estado agotador, acarreaban la premisa de que el cansancio no es solamente físico sino también mental. El pecho inflado y victorioso los soplaba para adelante, los hacía continuar por inercia, les daba un resto. La alegría sin dudas les energizaba el camino. A lo sumo, de cuando en cuando, se detenían a elongar. Volvieron mirando al cielo, pidiéndole al Señor que esa pequeña luz de ventaja les durara hasta el lunes y para siempre. Para los celestes, el regreso fue más bien como experimentar un deporte extremo: volvieron arrastrándose como babosas, llegando a Alberdi recién como a la tres de la mañana. Con la geta por el suelo volvieron, lamiendo baches, fumando tierra que volaba por el aire. Volvieron tambaleando, abrazándose a los postes, sintiendo correr la angustia desde las zapatillas hasta el gorrito con lanas. Siempre para adelante iban, porque un pirata si no tiene fuerzas las fabrica, pero rendirse jamás. Volvieron mirando al cielo, pidiéndole al Señor que les regale dos goles; y hay quienes entregaban las piernas y hasta la médula por ese bendito par de goles. 

VI.
Esta es la pequeña crónica del 1° de julio de 1998, una de las tantas en la que los cordobeses se quedaron a pata. Esta es la historia a la que nos hemos acostumbrado. Es la historia de los que pierden, los ciudadanos, y los que ganan, los empresarios y políticos, que se llenan de plata. Porque la vida es así, como el fútbol; con sus triunfos y sus derrotas. Ayer, hoy y cada día en que la ciudad se cae y se levanta, los guasos y las brujas regresan a sus hogares con una misma ilusión, sin distinción de color de camiseta. Una ilusión que, entre la baranda a cloacas, y en cada viaje de colectivo sucio se respira: que alguna vez podamos vivir en un lugar más digno a este colapsado, destartalado, manoseado y fundido.

 Seguramente hoy volverán mirando al cielo, los guasos y las brujas, pidiéndole al Señor lo mismo de cada rutina: que nos consiga pronto el cospel que devuelva a Córdoba a Primera.


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martes, 3 de abril de 2012

El papo de la Yuta



El papo de la Yuta.

Estaba en la cancha y, al lado mío, un guaso aferrado al alambrado le agita al lineman: “¡Bajá la bandera, el papo de la Yuta!”.

Y uno, ante semejante versatilidad en la composición del insulto, no puede menos que abstraerse del partido, cerrar los ojos; y tratar de hacerse al menos una representación mental de lo que acaba de escuchar: el papo de la Yuta.

En ese instante, trato de imaginarme a la Yuta en toda su femineidad, particularmente me concentro en la figura de su papo: del color de un moretón imagino al papo de la Yuta. Debe tener un clítoris recio. Y oler a encierro y a tabaco que se fuma para matar el tiempo.

No ha de ser peludo el papo de la Yuta; más bien depilado y con un fino bigote. Seguramente sangra con mayor frecuencia que el resto de los papos y, cuando ocurre, usa un cartucho de tampón.

Y aún siendo histérico (como todos), es muy probable que por las noches, cuando las luces se apagan y los barrotes se enfrían, le haga el amor a un ladrón el papo de la Yuta.


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lunes, 12 de marzo de 2012

105



Hay una historia que contar, de 105 días. La estoy narrando.







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jueves, 12 de enero de 2012

límites




Tu jefe te permite tomar café, tragártelo a mansalva;
podés acabarte la jarra entera si te hace falta.
Te deja tomar flores de bach, infusiones orientales,
inclusive té de floripondio.
Es más: te autoriza a tomar falopa en el baño,
si te nota agotado.

Pero mate en la oficina no,
indiscutiblemente no, sin peros, compañero.
El mate es desgano,
improductividad,
caos,
insurrección:
el mate para un jefe es la barbarie.




*

sábado, 7 de enero de 2012

Tres faroles




Tres faroles prenden y está anocheciendo,
encandilarán la soledad de una persona rota.
¿Y sobre qué suelo descansarán sus botas?
¿En algún placard, las puedo encontrar?

Tres faroles, siento que me estoy quemando,
pero igual voy caminando descalzo al sol:
¿sobre qué rayos
dejaré olvidado lo que fuiste hoy?

Uno tras otro fumaba sus cigarros,
acostada fumaba sin decirme nada,
y a mis espaldas tarareaba “nada es por amor”.

la/ le ri/ le ro ♪
(nada es por amor),
tarareó.

Tres faroles que no tienen sentimientos,
tan sólo prenderán para crear mi sombra.
¿Y sobre qué alfombra despertarán sus botas?
¿Sobre qué tapiz, las incendio para ser feliz?

Uno tras otro fumaba sus cigarros,
acostada fumaba sin decirme nada,
y a mis espaldas tarareaba “nada es por amor”.

la/ le ri /le ro ♫
(nada es por amor),
tarareó.



*